En el lugar de Fontán, podemos encontrar uno de los referentes históricos de Sada: El Castillo de Fontán, lugar de entrada de los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago en sentido Betanzos.
Destaca por haber sido un emplazamiento militar que protegía el lado norte de la bahía, y que fue erigido junto con el de Corbeiroa a principios del s. XVIII. Estas defensas fueron construidas para proteger la industria textil asentada a finales del s. XVII, “La Real Fábrica de Jarcias y Lonas” que abasteció a los barcos de la marina española hasta que se trasladó a Ferrol.
Esta industria, promovida por los flamencos Baltasar Roo y Kiel con su fábrica de lanas y paños finos, propiciaron una importante expansión comercial hasta el punto de convertirla en el mercado-depósito más importante de España.
Tanto el Castillo de Fontán como el de Corbeiroa, dejaron una gran impronta en la historia sadense, hasta el punto de formar parte del propio escudo de la villa.
Hoy en día sirve como espacio privilegiado para disfrutar de las vistas al puerto comercial y la playa de Morazón, además de ser el punto de inicio de la ruta de senderismo, que discurre a lo largo de la costa de Sada.